Una de nuestras seguidoras en Facebook nos ha preguntado lo siguiente: "Me gustaría que contaras por qué todos los dolores del pecho no tienen que tener su origen necesariamente en el corazón". Parte de la respuesta tiene que ver con que, por muy buena gente que se sea, en el tórax tenemos muchas "cosas" más, además del corazón :).
Ahora en serio, los dolores en el pecho pueden tener causas cardiológicas y no cardiológicas. Es normal que a veces nos alarmemos porque nos duele en esa zona, ya que rápidamente lo asociamos a situaciones peligrosas como la angina de pecho y el infarto. Antes de llegar ahí, vamos a detenernos en las causas no cardiovasculares, ya que suponen más de la mitad de las atenciones por dolor en el tórax que he visto en las urgencias hospitalarias:
- Ansiedad: se puede manifestar como una opresión en el pecho y la garganta, además de otros síntomas.
- Gases abdominales: se generan en el aparato digestivo y pueden moverse a través de él. El paciente puede sentir que el dolor se mueve o irradia al pecho y la espalda.
- Causas musculares y óseas: contracturas de los músculos intercostales (por un esfuerzo) y una inflamación de los huesos y cartílagos torácicos llamada costocondritis.
- Espasmos de esófago: en un primer momento puede parecerse a los dolores cardíacos y consiste en un funcionamiento ineficiente de este conducto al trasladar el alimento. Puede ser realmente molesto y doloroso.
- Herpes zóster: sí, esta afección de la piel también puede causar un malestar en el torax que lleve a quien lo sufre a pensar que se trata de algo relacionado con el corazón.
- Embolia pulmonar: se trata de una obstrucción de una arteria pulmonar.
- Neumotorax: No es muy habitual. Consiste en la fuga de aire del pulmón a la capa que lo recubre, la pleura. El dolor empeora con la tos y va acompañado de dificultad respiratoria.
Una vez vistas las causas más comunes de dolores torácicos no cardiovasculares, estos son los relacionados con el corazón:
- Angina de pecho: Este dolor empieza en la zona izquierda del cuerpo y se suele dirigir hacia el brazo, el cuello e incluso la espalda. Se debe a una obstrucción de la circulación sanguínea en las arterias coronarias. Se necesita atención médica urgente ya que puede tener consecuencias muy graves para la salud.
- Disección de aorta: se manifiesta con un dolor muy agudo en el pecho que puede irradiarse a otras zonas. Consiste en la separación de las capas que forman la arteria aorta y, por tanto, su debilitamiento y una mala circulación de la sangre. Es habitual que se de en pacientes con antecedentes familiares, aunque no todos los familiares están destinados a sufrir esta dolencia. Es necesaria la intervención de un equipo médico, ya que puede tener consecuencias muy graves para la salud.
- Pericarditis: se debe a una inflamación de la capa o saco que envuelve el corazón (el pericardio). Su origen está relacionado con una infección vírica o bacteriana que ataca a esa parte del cuerpo y que puede aparecer también en otros lugares (amigdalitis, gastroenteritis). Se irradia a los dos hombros y la espalda. Aumenta con las respiraciones y la tos.
¿Cómo diferenciar entre un dolor de origen cardiovascular y uno que no lo es? Dos advertencias antes de responder. Primera: Una vez excluidos los casos banales, quien debe juzgar esto es un médico. Segunda: también existen dolores no cardíacos que requieren atención médica urgente.
En todo caso, es necesario analizar los factores de riesgo: una persona en la edad media de la vida o que la ha superado, con hipertensión o diabetes, exceso de colesterol y que fuma tabaco tendrá más riesgo de angina de pecho que un joven que ayer movió una bombona de butano o se ha enfrentado a una situación estresante que le causa ansiedad. El consumo de cocaína a cualquier edad también es un factor de riesgo para sufrir angina de pecho e infarto.
Como norma general, si no tenemos factores de riesgo y nos duele en el pecho durante 10 o 15 minutos sin que se repita, no habría que darle importancia. Las personas de edad media, con dolores que se repiten, duran y se manifiestan en esfuerzo y reposo, deben consultar a un especialista.
Además, todos los dolores torácicos que aparecen al hacer deporte o realizar esfuerzos deben ser consultados, aunque desaparezcan al terminar la actividad física.
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Última modificación del artículo: 29/08/2013